Chivite firma los Presupuestos de Navarra con el proetarra que pidió «socializar el dolor»
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El Gobierno de Navarra, que preside la socialista María Chivite, ha anunciado este viernes el acuerdo que le permitirá aprobar los Presupuestos de 2023. Un pacto, el cuarto ente socialistas y proetarras, que facilitará a Chivite completar su mandato al tiempo que blanquea a la formación proetarra, entregada en su ofensiva para excarcelar a todos los presos. El acuerdo, que consolida la relación estable entre el PSOE y Bildu -aliado preferente para Pedro Sánchez- y confirma la buena sintonía entre ambas formaciones, lleva la firma de los negociadores. Por el lado de Bildu, la portavoz parlamentaria, Bakartxo Ruiz -hermana de un etarra detenido en 2007 por integrar un comando que fue desarticulado en la ciudad británica de Sheffield-, Laura Aznal -futura candidata en las elecciones autonómicas- y Adolfo Araiz, ahora portavoz de esta formación en la Comisión de Economía y Hacienda del Parlamento Navarro. Araiz, histórico dirigente proetarra, fue miembro de la Mesa Nacional de Herri Batasuna entre 1991 y 1997 y llegó a ingresar en prisión por colaboración con banda armada en la sentencia dictada por el Tribunal Supremo contra los 23 miembros de la Mesa Nacional, que luego fue anulada por el Tribunal Constitucional al entender que no existían pruebas. Permaneció año y medio en la cárcel.
Ahora negociador legitimado para los socialistas, Araiz fue, como miembro de la Mesa de HB, uno de los defensores de la ponencia Oldartzen, que sentó las bases de la «socialización del sufrimiento». Apoyándose en esa ponencia, ETA extendió su violencia a todos los ámbitos con el asesinato de políticos, funcionarios o periodistas para presionar al Estado. Dentro de esta estrategia se cometieron algunos de los asesinatos más simbólicos de la banda, como los de Gregorio Ordóñez, Fernando Múgica, Alberto Jiménez Becerril y su mujer, Ascensión Ortiz, Fernando Buesa, o Miguel Ángel Blanco. O, en Navarra, los de Tomás Caballero y José Javier Múgica, concejales de UPN.
Araiz supo normalizar su actividad política y, tras varios años de retiro por la ilegalización de las plataformas herederas a Batasuna, regresó en 2015 como cabeza de lista de Bildu en las autonómicas.
Por su parte, Bakartxo Ruiz, otra de las firmantes del acuerdo, ha participado abiertamente en actos en defensa a miembros de ETA. En 2012, por ejemplo, protagonizó un encierro en el Parlamento navarro para defender al etarra Bolinaga, uno de los secuestradores de Ortega Lara.
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La socialista Chivite se ha desmarcado de la fotografía con la que este viernes el Gobierno navarro y Bildu han oficializado su acuerdo presupuestario. La presidenta navarra, como Pedro Sánchez, llegó a asegurar que nunca pactaría con los proetarras. Hoy, el partido de Otegi es el socio que les permite a ambos mantenerse en el poder. Chivite fue investida en 2019 gracias a los votos determinantes de Bildu, pese a conseguir 11 diputados frente a los 20 de Navarra Suma. Igualmente, Sánchez pudo retener La Moncloa en 2020 gracias a su abstención y la de ERC. Bildu, además, se ha convertido en decisivo en su iniciativa legislativa permitiendo, por ejemplo, recientemente, con la aprobación de la llamada Ley de «Memoria Democrática». Ahora, el socialista negocia con los de Otegi los Presupuestos Generales del Estado.
El presidente de UPN, Javier Esparza, ha calificado el acuerdo presupuestario de «indecente» y ha advertido de que «votar al PSOE será votar por los acuerdos con Bildu». Por su parte, el coordinador general del Partido Popular, Elías Bendodo, ha escrito en sus redes: «El socialismo tampoco falta este año a su cita con los herederos de ETA».